Las 4 formas de composición del mundo

Autor: Raúl Selva

Traductora: Ana Beatriz

La antropología es una disciplina social que puede considerarse que apareció en el siglo XIX, con los primeros modelos evolucionistas de Morgan y Tylor. Desde entonces, ha sufrido una evolución a través del particularismo histórico, el funcionalismo y el estructuralismo hasta las escuelas más contemporáneas. El giro ontológico, a pesar de ser controvertido, es una orientación teórica muy novedosa que puede arrojar alguna luz sobre otras posibles formas de relacionarse con el medio ambiente, a través del conocimiento de las ontologías de los pueblos indígenas. El objetivo principal de este artículo es presentar con claridad esta escuela antropológica y facilitar al lector su comprensión, para que cuestione sus propias categorías de pensamiento y descubra otras posibilidades de relacionarse con el medio ambiente.

El desarrollo del giro ontológico encuentra una base importante en el perspectivismo y el multiculturalismo de la América indígena. El perspectivismo, como su nombre indica, supone que la percepción de la realidad varía según cada perspectiva. En este contexto, eso significaría que cada animal, planta (en definitiva, cualquier ser no humano), tendría, efectivamente, su propia visión del mundo, tan válida como la nuestra, pero diferente. Esta forma de entender a los demás seres les otorga, en el universo simbólico, un mayor derecho a ser respetados, porque los acerca a los seres humanos. Como aprecian el mundo (aunque de forma diferente), son más complejos.

¿Y cómo se puede relacionar este enfoque perspectivista con el multinaturalismo? La sociedad occidental entiende perfectamente la esencia multicultural del mundo. El ser humano, por naturaleza, ha creado una enorme variedad de culturas, diferentes entre sí. Por tanto, el multinaturalismo significaría que también puede haber una variedad inimaginable de mundos, de naturalezas. La forma en que cambiaría el mundo dependería de los ojos con los que se mire, o más concretamente, del cuerpo con el que se relacione. Como ejemplo, dado que un pájaro tiene alas para volar, su percepción de lo que es la copa de un árbol es muy diferente a la nuestra. Esto podría explicar cualquier comportamiento animal que pueda parecer absurdo. Es simplemente una forma de relacionarse con un entorno completamente diferente al que nosotros vemos.

Pero yendo más allá, el giro ontológico se desarrolló como una extensión y profundización de estos conceptos. El concepto de ontología proviene del griego antiguo [ontos] entidad y [logos] conocimiento. El giro ontológico en antropología consiste en centrarse en el estudio de la relación de los seres humanos con otros seres no humanos. La naturaleza es, en definitiva, todos los demás entes (también seres no vivos) que comparten este lugar llamado mundo con nosotros. Si la relación de una sociedad cambia con respecto a los demás seres, toda su visión del entorno también cambia. Philippe Descola, antropólogo francés, trató de esquematizar todas las formas posibles de composición del mundo en cuatro tipos: naturalismo, animismo, totemismo y analogismo.

El naturalismo es el más fácil de entender ya que es el de la sociedad capitalista occidental. Como explica el diagrama siguiente, en las sociedades naturalistas la continuidad de los seres estaría sólo en la materia, en las características físicas. La teoría atómica de la materia (la materia no se destruye ni se crea, sólo se transforma) es un ejemplo de esta creencia en la continuidad de la materia. En cambio, hay una discontinuidad en las interioridades (o espíritus). En estas sociedades, la creencia en la reencarnación no existe. Cuando el ser muere, su alma desaparece (según opiniones ateas) o trasciende, pero no reencarna en otro cuerpo.

En las sociedades totemistas existe la idea de que las propiedades de los cuerpos pueden ser transferidas.

Las sociedades animistas consideran que hay una diferencia en la fisicalidad de los seres. Cuando un cuerpo se pierde tras la muerte, es la materia la que desaparece. El nacimiento es la creación de la materia. En cuanto a las interioridades, o los espíritus, nunca desaparecen ni dejan el mundo, se reencarnan en otros cuerpos. Por eso, las sociedades animistas son muy respetuosas con los demás seres porque ven en ellos a sus antepasados. Las sociedades totemistas añadirían a esta cosmología la idea de que las propiedades de los cuerpos pueden ser transferidas. Como se ha explicado anteriormente, en las concepciones multinaturalistas, cada cuerpo otorga ciertas capacidades y perspectivas al ser. Así, las sociedades totemistas, mediante el uso de tótems y otras estrategias de "encarnación", aspiran a obtener ciertas características de otros seres con fisicidades diferentes. Por último, las sociedades analogistas clasifican todos los entes del mundo en una multiplicidad de esencias, formas y sustancias autónomas entre sí y sin interdependencia. A partir de ahí, es posible crear una jerarquía entre todos los seres. Estos cuatro modos de composición del mundo pueden sufrir, por supuesto, transformaciones e hibridaciones, lo que aportaría una multiplicidad casi infinita de ontologías diferentes.

GRANDES DIFERENCIASPEQUEÑAS DIFERENCIAS
ANIMISMO
Similitudes de interioridad, continuidad de los espíritus.    
Diferencia de la fisicalidad.
TOTENISMO

Similitudes de interioridad.     
Similitudes de fisicalidad.
NATURALISMO    

Diferencia de interioridades.
Discontinuidad de los espíritus.      
Similitudes de fisicalidad.
Continuidad de la materia.
ANALOGISMO 
   
Diferencias de interioridad.      
Diferencia de la fisicalidad.
Esquema de las 4 formas de composición del mundo descritas por Descola.

En conclusión, lo que esta perspectiva puede aportarnos es abrir nuestra mente a diferentes formas de entender el medio ambiente. Por supuesto, no es una decisión voluntaria que podamos tomar, ya que todos estamos determinados por nuestra cultura. Pero conocer las otras ontologías puede contribuir en gran medida a respetar a los pueblos tradicionales y a aprender de ellos. Poco a poco, es posible transformar nuestra sociedad en una que respete más el medio ambiente y viva de forma sostenible con él.

Bibliografía:

Alexiades, M. (2018). La antropología ambiental: una visión desde el Antropoceno. In: Santamarina, B. & Beltran, O. (Eds.), Antropología Ambiental: Conocimientos y Prácticas Locales a las Puertas del Antropoceno (pp. 7-70). Barcelona: Icaria. ISBN 978-84-9888-838-6.

Descola, P. (2014). Modes of being and forms of predication. HAU: Journal of Ethnographic Theory, 4 (1), 271-280.Holbraad, M. & Pedersen, M.A. (2017). The Ontological Turn. Cambridge University Press.

Featured Image: https://www.google.com/urlsa=i&url=https%3A%2F%2Fworldballetday.com%2F&psig=AOvVaw35y72510oT17pRl9VE5VoR&ust=1666022740518000&source=images&cd=vfe&ved=0CA0QjRxqFwoTCLjqstSN5foCFQAAAAAdAAAAABAI